jueves, 15 de julio de 2010

...a veces recordar...

Recogió la mesa, y pensó en echarse una pequeña siesta, ya que aunque su trabajo no desempeñara esfuerzo físico, mentalmente estaba agotada, y así hizo, se dirigió a su habitación, aparto todos los muñecos que había encima de su cama hacia el lado de la pared, excepto un cojín grande que decidió poner encima de la otra almohada. Este resulto ser un poco incomodo y lo quito de donde estaba sin ser consciente de que sin querer lo estaba abrazando.

Se dio la vuelta y dejo reposar su brazo izquierdo sobre el cojín y de repente le dio la sensación de que este respiraba, empezó a escuchar algo parecido al latido de un corazón...al latido de un corazón muy grande, y sin quererlo ella empezó a recordad y a imaginar que lo que abrazaba en realidad, no era una almohada, y empezó a acordarse de un momento en concreto, del tacto de su pelo, sus manos, su piel, la delicadeza con la que la manejaba y hablaba, y en lo corto que fue todo.

Nunca se arrepintió de nada de lo que había hecho, pero si se sentía mal por no poder disfrutar de todo lo que tubo, al 100% y preocuparse de tonterías, paranoias, se acordó también de no tener fuerza de voluntad para plantarle cara a la vida en condiciones, a decir todo lo quería y tenia que haber dicho en el momento que tenia que decirlo, por temor a las consecuencias o a su propio sufrimiento, no llego a ser ella misma en muchos de esos momentos, y sabia mas que de sobra que siempre se preguntaría que hubiera sido de ella si las cosas no hubieran sido de aquella manera, quizás ahora seria un poquito mas feliz, no anhelaría tanto que alguien la abrazara mientras dormía, que la sorprendieran por la espalda, que la dieran un beso porque si, o quedarse embobada mirando como habla aunque no tuviera ni idea de lo que la estaba contando, porque no lo entendía, solo entendía lo que veía...quizás... no supiera disfrutar...y por eso sentía tanto miedo a encontrarse tan sola...aunque lo que en realidad sentía...era terror, a acostumbrarse a estar sola,tanto que todo aquello llegase al punto de parecerle completamente normal, que no echase de menos tener a alguien que le recordara cada día que estaba viva, que la enseñara a disfrutar de lo que la rodeaba, que ella podía ser feliz...y que también podían hacer que lo fuera.




A mi hermana, que incluso en sueños, tiene mas fe en mi que yo misma.


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