viernes, 25 de junio de 2010

...Rendirse a la razón...


...lo vio, y se sintió fatal...la culpa, la impotencia y la tristeza inundo su cuerpo y su mente.


Empezó a sentir una gran tristeza y a verse fatal, le dejaron de gustar sus propios ojos, sus manos que ahora eran perfectas, sus largas piernas, su forma de vestir y sobre todo su forma de ser, porque empezó a pensar que aunque todo eso le agradara, seguía sola, no le aportaba nada, no servía... y de repente, sonó un trueno que pareció partir la tierra en dos...el cielo había empezado a acompañarla en su llanto, y todo empezaba a verse mucho mas negro.

Quería consolarse pensando en que había mas gente que seguro lo estaría pasando peor que ella, pero no consiguió nada...ella no estaba en la piel de esa gente, estaba en la suya, no era capaz de comprenderse a si misma, ¿como podría intentar comprender a los demás?...imposible, pensaba...

En todo lo demás, le iba bien, acababa de conseguir un trabajo, ya tenia una titulación mas, la gente que amaba de corazón acuantiaría unos cuantos años mas a su lado...pero toda esta felicidad, era individual, no tenia con quien compartirla, y este sentimiento nublaba todos los demás.

Abrió las ventanas, no podía respirar, se asfixiaba...las enormes gotas de lluvia la mojaron la cara, el pelo, el pecho...y de repente una penetrante mezcla de aire fresco y olores a tierra mojada y hierba la llenaron sus pulmones...las luces de la calle estaban apagadas por culpa de una avería, y ella miro al cielo, un enorme rayo subió del suelo al cielo, e ilumino su cara...el estruendo no se hizo esperar...y este la hizo comenzar a despertar.

Encendió un pequeña vela, y con ella un atisbo de esperanza o comprensión, no estaba muy segura...

Comenzo a escribir con el teclado de su ordenador...plasmo sus sentimientos, sus estados de animo, sus inquietudes, y todo aquello que no le gustaba de si misma, y el ordenador empezó a devolverle lo que necesitaba ver...le empezó a abrir los ojos.

Entonces comprendió, que todas esas cosas que a ella no le gustaban, eran las que la hacían única...y que algún día se encontraría con alguien a quien le gustasen sus piernas largas y anchas, su minúsculo pecho, sus brazos y espalda fribrosa que odiaba tanto o igual que a sus piernas, su nariz, su boca, su carácter fuerte y a veces un poco contradictorio e inseguro....comprendió incluso, que asta su manera de vestir seria lo de menos, ya que cuando encontrase a ese alguien, seguro que la preferiría mil veces desnuda, para poder sentir su calor, la suavidad de su piel y escuchar directamente los latidos de su corazón, sin ropa incomoda de por medio que dificultase amarla, como ella quería que la amasen....

Normalmente por las noches, bajaba las persianas de su ventana por completo, no le gusta que le entraran las luces de la calle, pero se había estropeado el alumbrado publico, y la única luz que entraría esa noche, seria la de los rayos, así que las dejo un poco subidas, se acostó pensando en todo aquello, dándole vueltas, pensando mientras contemplaba los fogonazos que entraban por las rendijas de la persiana, y entre luces, olores, cavilas y el sonido de la lluvia, se durmió... no soñó nada...su mente permanecio en blanco y su parte pesimista empezó a desaparecer...decidió que tendría que ser encontrada... y dejo definitivamente de buscar lo que finalmente llegaría por si solo....